Palestina jugó este domingo el primer partido de su historia como local ante Jordania con empate 1-1, ante una muchedumbre que asistió al estadio inspirada por un espíritu de independencia.
En las tribunas sofocantes por el intenso calor, los aficionados ataviados con los colores verde, rojo, blanco y negro de su bandera, coreaban al unísono: "Palestina hará temblar la tierra", mientras por megafonía un animador recitaba versos del difunto poeta Mahmoud Darwich: "El fútbol es la más noble de las guerras".
Miles de personas se abarrotaron en las gradas del nuevo estadio Fayçal Husseini en Al-Ram, en los suburbios de Jerusalén (Cisjordania), que ha sido homologado por la Federación Internacional de fútbol (FIFA) para acoger partidos internacionales.
En el recinto, con un gran dispositivo de seguridad a su alrededor, podían verse retratos del líder histórico palestino Yasser Arafat, fallecido en 2004, del rey Abdalá II de Jordania, y del actual presidente palestino, Mahmud Abbas.
"Puedo decirles que el fútbol nos brinda esperanzas. El fútbol también brinda esperanzas a los políticos para alcanzar sus objetivos", declaró el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, en Ramalá, flanqueado por Abbas y su Primer Ministro, Salam Fayyad.
"Este (la portería) es un pequeño objetivo. El presidente y el Primer Ministro intentan realizar el gran objetivo", agregó, en referencia a la búsqueda de la independencia tras 40 años de ocupación israelí.
Este encuentro tuvo también un carácter político puesto que tuvo lugar en Jerusalén.
En el campo de juego, a los 8 minutos el capitán palestino Ahmad Kashkash, originario de Gaza, abrió el marcador al recibir un pase en profundidad y regatear al arquero jordano, que salió a bloquearlo a la desesperada.
Pero, en el 48, con un disparo de Raed Freich llegó el empate visitante y el marcador ya no se movería.
El puntapié inicial del partido fue dado en presencia de Blatter y varios diplomáticos extranjeros, entre ellos los cónsules de Francia y Estados Unidos.
Al pisar el césped sintético de la cancha, varios jugadores jordanos, algunos de origen palestino, se arrodillaron emocionados y besaron el suelo.
Para los palestinos este partido fue la ocasión para dar una imagen de unidad, puesta en tela de juicio por los enfrentamientos entre los movimientos Fatah y Hamas, que tomó el poder en la Franja de Gaza.
Precisamente, el Primer Ministro de Hamas en Gaza, Ismail Haniyeh, telefoneó al general Jibril Rajub, de Al Fatah, quien dirige la federación de fútbol palestina desde mayo, para desearle suerte.
Rajub es considerado un hombre duro, que dirige la Seguridad preventiva, el servicio más temido de la Autoridad palestina, y mal visto por Hamas.
Además, se considera algo simbólico que Ahmad Kashkash, oriundo de Gaza, fuera designado capitán del equipo palestino.
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